Por Martín Vilela (1º año)
Un grupo de estudiantes de la ENERC emprendió la ardua tarea de ir a comer comida peruana, tomar vino y hablar de cine con Fernando Martín Peña y Fabio Manes, conductores del ciclo Filmoteca en Canal 7 y reconocidos coleccionistas de cine. Aquí va un fragmento de la entrevista:
¿En qué consiste el oficio de un coleccionista de cine?
Peña: El oficio no es tanto coleccionar si no arreglar las películas. Es agarrar dos copias hechas mierda y sacar una que se pueda ver. El oficio también es aprender a proyectar una copia que todo el mundo te dice que no se puede usar. El oficio está en poder pasarla y que la gente no se de cuenta. Lo que nosotros hacemos tiene un poco de oficio y también tiene que ver con que nos gusta. Es más vocación que oficio. Nosotros juntamos porque nos gusta a nosotros, pero disfrutamos más cuando los otros ven lo que nosotros tenemos.
Manes: Todos comienzan medio por azar. En principio, se nos ocurrió por la tele. Lo descubrimos mirando “Cine de Súper Acción”, pero es una cosa que se fue desarrollando a lo largo del tiempo. Uno empieza coleccionando de una manera más personal.
P: Nosotros empezamos antes de que existiera el video, con lo cual las cosas que teníamos no existían en ningún otro formato. La única alternativa que teníamos para ver algunas cosas era conseguir el fílmico.
M: Y aún cuando estaba el video, era imposible ver un montón de cosas. Ahora está Internet, uno puede ver todo en Youtube. En mi caso personal fue medio por casualidad: encontré una película de Mickey muda en un ropero de la casa de mis abuelos. Aparte de que me gustaba el cine, me gustó la cuestión del objeto en sí. Me di cuenta que entre ver una copia en VHS y ver un original en fílmico hay una gran diferencia, así que empecé a poner avisos para buscar películas. Era una cosa complicada porque si uno no conocía ese mundo era muy difícil conseguirlas. Ahora es más fácil porque está Internet. Entonces, empecé a poner avisos en la revista Segunda Mano, para comprar películas de 16mm. Ahí empecé a llamar gente con la cual tuve una relación de años.
A mi me interesaban las cosas raras, lo que no puede tener el otro. Lo que nadie conoce y uno puede decir “Yo vi esto que no vio nadie”.Más de la mitad de las cosas que uno podía conseguir en estos lugares eran películas sacadas de no sé donde, que no estaban en ningún lado. Me daba la impresión de que si yo no las compraba, estas películas se iban a perder para siempre.
P: Allí fue cuando tiramos el “Gubern” a la mierda, porque vos lo agarrabas y decías “Esta película que yo tengo, que me emociona, me conmueve, acá no está, no sirve”. En el cine, lo que importa primero, no son los libros. No es la bibliografía, es la filmografía. Las películas son las que hacen la historia.
M: Ni hablar de los que escriben ahora, que básicamente están preocupados por demostrar cuán listos son al escribir. Los buenos libros de historia no se comparan con ver la película. No se lee de cine. En todo caso se lee después de ver la película. Yo no leo críticas de cine. Si me doy cuenta que una película puede estar interesante, la voy a ver. Pero ni loco voy a leer la crítica. Si el tipo es un crítico que yo respeto, que ya casi no quedan, la leo después. Pero lo importante es siempre ver las películas. La cuestión del coleccionismo entonces no es coleccionar por tener solamente. Nosotros no coleccionamos boletos capicúas. Coleccionar tiene que ver con conservar y mostrar. El placer que nos produce es el hecho de decir “Esta película que capaz que se perdía, la tenemos”, o cuando se nos acerca alguien y nos dice “Que buena la película que pasaron en Filmoteca”.
P: Es algo que hace falta hacer, y hace falta más gente que lo haga. Cuando apareció “Metrópolis”, recibí mails que, en resumen, decían: “Han hecho felices a la humanidad”.
¿De dónde se nutren uds. para conseguir material?
M: De donde se pueda.
P: Todavía acá hay coleccionistas que venden cosas. Acá, en Uruguay, y después por E-Bay.
¿En qué consiste el oficio de un coleccionista de cine?
Peña: El oficio no es tanto coleccionar si no arreglar las películas. Es agarrar dos copias hechas mierda y sacar una que se pueda ver. El oficio también es aprender a proyectar una copia que todo el mundo te dice que no se puede usar. El oficio está en poder pasarla y que la gente no se de cuenta. Lo que nosotros hacemos tiene un poco de oficio y también tiene que ver con que nos gusta. Es más vocación que oficio. Nosotros juntamos porque nos gusta a nosotros, pero disfrutamos más cuando los otros ven lo que nosotros tenemos.
Manes: Todos comienzan medio por azar. En principio, se nos ocurrió por la tele. Lo descubrimos mirando “Cine de Súper Acción”, pero es una cosa que se fue desarrollando a lo largo del tiempo. Uno empieza coleccionando de una manera más personal.
P: Nosotros empezamos antes de que existiera el video, con lo cual las cosas que teníamos no existían en ningún otro formato. La única alternativa que teníamos para ver algunas cosas era conseguir el fílmico.
M: Y aún cuando estaba el video, era imposible ver un montón de cosas. Ahora está Internet, uno puede ver todo en Youtube. En mi caso personal fue medio por casualidad: encontré una película de Mickey muda en un ropero de la casa de mis abuelos. Aparte de que me gustaba el cine, me gustó la cuestión del objeto en sí. Me di cuenta que entre ver una copia en VHS y ver un original en fílmico hay una gran diferencia, así que empecé a poner avisos para buscar películas. Era una cosa complicada porque si uno no conocía ese mundo era muy difícil conseguirlas. Ahora es más fácil porque está Internet. Entonces, empecé a poner avisos en la revista Segunda Mano, para comprar películas de 16mm. Ahí empecé a llamar gente con la cual tuve una relación de años.
A mi me interesaban las cosas raras, lo que no puede tener el otro. Lo que nadie conoce y uno puede decir “Yo vi esto que no vio nadie”.Más de la mitad de las cosas que uno podía conseguir en estos lugares eran películas sacadas de no sé donde, que no estaban en ningún lado. Me daba la impresión de que si yo no las compraba, estas películas se iban a perder para siempre.
P: Allí fue cuando tiramos el “Gubern” a la mierda, porque vos lo agarrabas y decías “Esta película que yo tengo, que me emociona, me conmueve, acá no está, no sirve”. En el cine, lo que importa primero, no son los libros. No es la bibliografía, es la filmografía. Las películas son las que hacen la historia.
M: Ni hablar de los que escriben ahora, que básicamente están preocupados por demostrar cuán listos son al escribir. Los buenos libros de historia no se comparan con ver la película. No se lee de cine. En todo caso se lee después de ver la película. Yo no leo críticas de cine. Si me doy cuenta que una película puede estar interesante, la voy a ver. Pero ni loco voy a leer la crítica. Si el tipo es un crítico que yo respeto, que ya casi no quedan, la leo después. Pero lo importante es siempre ver las películas. La cuestión del coleccionismo entonces no es coleccionar por tener solamente. Nosotros no coleccionamos boletos capicúas. Coleccionar tiene que ver con conservar y mostrar. El placer que nos produce es el hecho de decir “Esta película que capaz que se perdía, la tenemos”, o cuando se nos acerca alguien y nos dice “Que buena la película que pasaron en Filmoteca”.
P: Es algo que hace falta hacer, y hace falta más gente que lo haga. Cuando apareció “Metrópolis”, recibí mails que, en resumen, decían: “Han hecho felices a la humanidad”.
¿De dónde se nutren uds. para conseguir material?
M: De donde se pueda.
P: Todavía acá hay coleccionistas que venden cosas. Acá, en Uruguay, y después por E-Bay.
¿Uds solventan la compra de material a partir de otro dinero que ganan por otras vías, o pueden vivir haciendo esto?
P: Nosotros vivimos como el culo. El sueldo que ganamos en lo que sea que hacemos lo gastamos en comprar películas.
M: Si ganáramos más dinero igualmente gastaríamos más en películas y seguiríamos viviendo como el culo.
P: Hacemos programas de televisión, programamos, damos clases de cine.
M: Yo he laburado siempre en televisión.
P: No existe una institución que se ocupe solo de cuidar las películas. Nadie te paga por cuidar las películas.
M: Yo laburé mucho con material de archivo para programas. Usando mi colección (en cualquier formato), me gané la vida prestandola. También me gané la vida como realizador. Hice cortitos y otras boludeces.
M: Si ganáramos más dinero igualmente gastaríamos más en películas y seguiríamos viviendo como el culo.
P: Hacemos programas de televisión, programamos, damos clases de cine.
M: Yo he laburado siempre en televisión.
P: No existe una institución que se ocupe solo de cuidar las películas. Nadie te paga por cuidar las películas.
M: Yo laburé mucho con material de archivo para programas. Usando mi colección (en cualquier formato), me gané la vida prestandola. También me gané la vida como realizador. Hice cortitos y otras boludeces.
¿Qué es la Filmoteca Buenos Aires?
P: Es un ente que fundamos con Octavio Fabiano. Las responsabilidades que tiene la filmoteca son dos, simultáneas y paralelas: preservar y difundir. No tiene sentido una sin la otra. Así debería funcionar una institución oficial. Lo nuestro es una colección privada que tiene intenciones de ser pública. En este momento, el Estado no lo está haciendo, pero debería. No está bien que nosotros tengamos 3.000 películas en casa. No lo puede cuidar como corresponde, y además, esa función, en los países civilizados, la cumple el Estado. Acá solamente no se da así.
P: Es un ente que fundamos con Octavio Fabiano. Las responsabilidades que tiene la filmoteca son dos, simultáneas y paralelas: preservar y difundir. No tiene sentido una sin la otra. Así debería funcionar una institución oficial. Lo nuestro es una colección privada que tiene intenciones de ser pública. En este momento, el Estado no lo está haciendo, pero debería. No está bien que nosotros tengamos 3.000 películas en casa. No lo puede cuidar como corresponde, y además, esa función, en los países civilizados, la cumple el Estado. Acá solamente no se da así.
(CONTINUARÁ)
